RECOMENDACIÓN GRINCH: “GRIND HOUSE”

- Rodríguez es uno de los contados casos hollywoodenses en que la independencia creativa se explota tan ampliamente y al mismo tiempo juega y contrallavea con el mainstream peliculero gringo.

- Los distribuidores oficiales desoyen las peticiones de sectores reducidos "Grinch" interesados en otro tipo de propuestas que no sean La Brújula Mágica o El hermano de Santa.

Cualquier despistado podría amar u odiar a Robert Rodríguez (1968, EUA) en cada una de sus películas de manera simultánea, encantarse a la primera y a la siguiente desenamorarse y revirar por completo su concepto. Aunque en cierto modo lo anterior es cierto, pues al referimos a este director debemos tomarlo con pincitas y examinar de qué lado está bateando, Rodríguez es uno de los contados casos hollywoodenses en que la independencia creativa se explota tan ampliamente y al mismo tiempo juega y contrallavea con el mainstream peliculero gringo, Robert fabrica churros infantiles burdamente clicheados, éxitos millonarios en taquilla hasta videos homes y películas "B" o de bajo presupuesto.

Rodríguez estuvo detrás del fenómeno mediático de The Blair Witch Project (1999) como asesor de los jóvenes Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, en aquellos años el Texano tenía ya en su haber su séptima película rodada y gozaba de un prestigio internacional al obtener premios en los festivales de Sundance, Berlín, Múnich, Edimburgo, proyectándose como una promesa por su sentido irónico y psicotronico de ver la vida, influido por el cine de ciencia ficción norteamericano de los cincuentas y por la sincrética cultura mexicana, ya que es hijo de inmigrantes… Sus historias están plagadas de folclóricos personajes: desde mariachis justicieros, cuchilleros indígenas con sed de venganza, vampiros aztecas, hasta alienígenas asesinos, mercenarios ciegos y científicos locos.

Rodríguez y Quentin Tarantino (EUA, 1963) se han permitido el trabajo conjunto en varias ocasiones, entre ellas: Del crepúsculo al amanecer (1996), Erase una vez en México (2003) y Spy Kids 3 (2004,) alternándose roles de fotógrafos, músicos, actores, guionistas o directores invitados, ambos comparten una mancuerna estrecha, creando una simbiosis ideática transcultural, presentándonos modelos estereotipados de un mercado casi inexplorado pero cada vez mas importante a nivel mundial: el sector económico latino en Estados Unidos, además Rodríguez logra en ocasiones una estética visual impecable como en la de joyita contemporánea de alto contraste, interpretación de la novela grafica del maestro Frank Miller: Sin City (2005).

Afortunadamente para los que nos consideramos fans el más reciente trabajo de Rodríguez es un crossover con Tarantino: Grind House (2007), una cinta extrañamente no estrenada a nivel comercial en nuestro país, está estructurada en dos partes: Death Proof y Planet Terror, la segunda de Rodríguez pude conseguirla en el mercado informal, desgraciadamente la única alternativa para ver cintas de este tipo, antes de que sean lanzadas oficialmente por los autores, pues los distribuidores comerciales y cadenas de exhibición desoyen las peticiones de sectores reducidos "Grinch" interesados en otro tipo de propuestas que no sean La Brújula Mágica o El hermano de Santa.

Planet Terror de Rodríguez es una cruenta historia de zombies a la George Romero, gore tradicional que con sus defectos en la cinta a modo de "fallas de origen", intencionados con el propósito de acceder a una estética setentera y deslavada de cines ambulantes, nos transporta a los poblados rurales, a las zonas marginadas y rupestres norteamericanas de esos años, ahí donde seguramente habitan personajes tan desolados y torcidos como los que inspiran al universo mental de este par de violentos directores.

SITIO RECOMENDADO:

http://www.grindhousemovie.net/