
Recurro de nuevo al nicho heterogeneo que brinda la inmensidad de la red: robar caparazones, pedir prestada un armadura, refugiarme bajo rocas y solicitar a sobrevivientes de este mismo chueco viaje para que sus arrumacos y apapachos aminoren el dolor de dejar a la deriva casi dos años de historia escrita.
1 comentario:
Unos por decisión propia, otros por que se apropian de tus decisiones... Mi Licántropo, que lástima que tanto que tenías plásmado se haya ido a la fregada, pero sabes, creo que todo fué para bien, ahora te leo más centrado y con muchas ganas de hacer algo mejor... Felicidades por tu nuevo rincón, lástima que el café siempre quedó pendiente... Algún día en Coyoacán, sería perfecto!
Un enorme abrazo y apapacho para sanar las heriditas de sus costillas...
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